viernes, 28 de septiembre de 2018

El sapo corredor

Hace dos semanas nos encontramos en nuestro patio de infantil un sapo corredor. Llamamos al maestro Elías para que lo viera y decidió ponerlo en un terrario, y de esa forma poder estudiar a este animalito, pues para qué esperar a llegar al tema que nos marca el libro de animales, cuando teníamos la oportunidad de estudiarlo en vivo y en directo.

Después de verlo muy de cerca, nos fuimos a la clase a investigar. Aprendimos que estos sapos no saltan, sino que corren, de ahí su nombre, que comen insectos, se reproducen por huevos y que al romper salen los renacuajos, nos fijamos en su forma (y posteriormente, cuando era la hora de jugar, todos los niños y niñas, motivados por aprender, escogieron libremente plastilina para hacer renacuajos). Aprendimos que estos sapos se caracterizan por una raya amarilla que le cruza la columna así como el iris de los ojos que también es amarillo. Estos sapos, para protegerse de otros animales cuando se sienten amenazados, se hinchan como un globo para asustar, así como en la parte de atrás de sus ojos tienen unas glándulas que sueltan un veneno.
Pueden ser de color verde, marrón o gris para camuflarse.
En otoño empiezan a hibernar hasta la llegada de la primavera.
Cuando aprendimos todo ésto, hicimos un sapo corredor con pintura y pinceles y plastilina.
Por último, hicimos con plastilina un sapo, o al menos lo intentamos.

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