El 31 de octubre vinieron a vernos una mamá y una abuela, para contarnos la tradición de nuestro pueblo en este día tan señalado.
Nos contaron que antiguamente la gente salía a las calles con farolillos pidiendo frutos por las casas y cantando una canción: «angelicos somos...» y también nos enseñaron cómo se hacían los farolillos, vaciando los melones, (nos comimos el melón), haciéndoles una carita y por último metiendo una vela encendida.
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